Este blog está dirixido a todo o público, especialmente aos educadores e aos educandos. O seu contido baséase no tema da saúde, englobando varios aspectos como a alimentación, a sexualidade, a hixiene... O seu obxectivo é concienciar a docentes e a alumnos sobre a importancia desta temática.
domingo, 8 de diciembre de 2013
lunes, 11 de noviembre de 2013
GLOGSTER SOBRE EL MIEDO
ÁREA DE CONOCIMIENTO: conocimiento de sí mismo y autonomía personal.
BLOQUE DE CONTENIDOS: cuidado personal y de la propia salud. Los niños tienen que aprender que no se le debe tener miedo a todas estas cosas y controlar el miedo.
FUENTES DE INFORMACIÓN: fotos buscadas en Google, información sobre el miedo en los niños, y sobre cada uno de los miedos como por ejemplo que es el eco, la oscuridad... Además busque información sobre su solución mediante webs y videos en Youtube.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN: realizar un buen hábito de salud mediante el control de los miedos que se les puede producir a lo largo del crecimiento a los niños.
GLOGSTER: EL CEPILLADO DE LOS DIENTES.
- ÁREA DE CONOCIMIENTO: Conocimiento de sí mismo y autonomía personal.
- BLOQUE DE CONTENIDOS: Cuidado personal y de la propia salud: conocimiento de la necesidad de cepillarse los dientes haciéndola una práctica rutinaria.
- FUENTES DE INFORMACIÓN: imágenes extraídas de Google y vídeo sacado de youtube.
- CRITERIOS DE EVALUACIÓN: Manifestar hábitos de salud y realizar correctamente los pasos para un buen cepillado.
GLOGSTER SOBRE LA NATACIÓN.
Área de conocimiento: Área de conocimiento de uno mismo y autonomía personal.
Bloque de contenidos: El deporte.
Fuentes de información: Las imágenes han sido extraídas de Google y el vídeo de Youtube.
Criterios de evaluación: El niño sea capaz de aceptar normas y de cumplirlas, ser capaz de participar en las actividades, ser capaz de desenvolverse bien en cualquier parte del natatorio, desplazarse de forma independiente, ser capaz de zambullirse, control de la respiración, el dominio de los movimientos en los brazos y piernas, ser capaz de sumergir la cabeza...
domingo, 10 de noviembre de 2013
GLOGSTER: LAS FRUTAS
Área de conocimiento: Área de conocimiento de uno mismo y autonomía personal; bloque de contenidos: El cuidado personal y la salud; fuentes de información: La información ha sido extraída de páginas de Google y las imágenes también. Por otra parte también se han utilizado vídeos de Youtube; criterios de evaluación: Manifestar hábitos de salud, alimentación, higiene corporal y bienestar utilizando adecuadamente espacios y materiales, como indicadores específicos de la actividad debemos señalar: el reconocimiento de la alimentación como necesaria para la vida, tener interés por probar nuevos alimentos y la toma de conciencia de las necesidades de alimentarse de forma saludable.
GLOGSTER: EL SUEÑO
ÁREA DE CONOCIMIENTO: Conocimiento de sí mismo y autonomia personal.
BLOQUE DE CONTENIDOS:Cuidado personal y la salud: reconocimiento de las necesidades básicas del cuerpo como el descanso, iniciación en la práctica de acciones para adquisición de los hábitos saludables y aceptación de las normas de comportamiento durante el descanso.
FUENTES DE INFORMACIÓN: imágenes extraídas de Google y un video sacado de youtuve. Además, búsqueda de información previa sobre este tema en Google.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN: Resolver con iniciativa y autonomía las actividades de la vida cotidiana.
Manifestar hábitos de salud como ,en este caso, el descanso utilizando adecuadamente espacios y materiales.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
RELATO AUTOBIOGRÁFICO SOBRE SALUD
RELATO AUTOBIOGRÁFICO DE SALUD DESDE MI INFANCIA HASTA LA ADOLESCENCIA
Julia Cendán Feijóo-Montenegro
Teniendo en cuenta las experiencias de salud a lo largo de mi infancia y adolescencia, he de comenzar haciendo referencia a la etapa que engloba los 4 y 5 años. A esa edad iba al colegio Maristas Santa María de Ourense con mis compañeros y seríamos en cada aula alrededor de unos 15 o 20.
Cada semana algún niño estaba enfermo y los padres y profesores para evitar el contagio a los demás compañeros le impedían volver al aula hasta que ellos suponían que el pequeño estaba totalmente curado. Cuando el niño volvía todos estábamos acatarrados y era lo que más sufríamos a esas edades. En el aula de infantil llevábamos a cabo distintos hábitos promovidos por la profesora que nos permitían cuidar nuestra higiene personal y alimentarnos de forma sana. El docente nos acompañaba al baño y nos enseñaba como llevar a cabo una buena higiene en él: nos limpiábamos bien, tirábamos de la cisterna, nos lavábamos las manos… Por otro lado, en el aula, cuando teníamos necesidad nos ayudaba a sonarnos, si estábamos sucios nos limpiaba y si era necesario nos cambiaba el mandilón y nos enseñaba la importancia de comer alimentos sanos, como frutas o verduras que a mí, en concreto, no me llamaban nada en absoluto. De hecho mis padres tenían que hacerme sopas de verduras para que así no me diese cuenta de que estaba tomando aquellos alimentos verdes que tanto detestaba. No obstante, me encantaban las chucherías y siempre que podía después del comedor iba a la tienda del colegio (hoy en día cerrada debido a los alimentos ricos en grasas que allí nos suministraban) y me compraba unas cuentas golosinas. En el recreo de Infantil todos los niños llevábamos unas barritas de pan o bollitos y eso nos ayudaba, junto con el fuerte desayuno a base de cereales y frutas, a afrontar una mañana con energía. Por otra parte cabe destacar que en aula nos enseñaban mediante juegos didácticos a llevar a cabo hábitos de vida saludables para cuidar nuestra salud. Algo un tanto contradictorio en la profesora de Infantil era que, cuando nos portábamos bien nos daba caramelos en señal de premio. Ella no era consciente de que todo lo que nos enseñaba sobre la importancia de una buena alimentación no servía para nada cuando nos premiaba con chucherías.
Durante los 8 y 11 años ya me aseaba yo sola, elegía lo que me apetecía comer y ya nadie me aconsejaba. En el aula ocurría lo mismo ya que los maestros en vez de preocuparse por la salud de los más pequeños se dedicaban a hacer exámenes y a suspender a los máximos niños posibles. Durante la adolescencia mis hábitos de vida variaron: pasé de tener una higiene buena a ser una persona totalmente preocupada por ella. Me duchaba dos veces al día y me echaba colonia y desodorante. En este aspecto no hay ningún tipo de queja pero a la hora de comer, si no había cosas en casa de mi gusto les pedía a mis padres que me hicieran otras cosas más apetecibles. Recuerdo que en un verano cuando tenía trece años fuimos de excursión a Perbes, en A Coruña. Por la mañana temprano estábamos todos preparados para coger el bus hacia aquella zona. Tras una hora paramos en un área de servicio para comer los bocadillos que traíamos. Mi madre me había comprado un bocadillo vegetal con mayonesa que me sentó fatal. Estuve siete días mal del estómago, con fuertes diarreas y vómitos. Los profesores del campamento no le daban gran importancia y me trataban con protectores de estómago, pero yo seguía encontrándome mal. Pasaban los días y la cosa empeoraba, hasta que llegó el día de la vuelta a casa. Cuando llegamos mi madre estaba esperando el autobús en la entrada del colegio y al verme en tal estado, decidió llevarme al médico quien me diagnosticó gastroenteritis aguda. De esta forma, para poder tratarlo, tenía que comer pollo cocido e ingerir mucho líquido durante una semana aproximadamente. Tras esta actividad realicé con quince años un viaje a Irlanda del norte, durante un mes. Allí tuve una especie de gripe que me provocaba fiebres altas y mucho catarro, estuve así durante una semana y después ya me encontraba totalmente bien. Lo que más me preocupaba era que podían confundirlo con Gripe A, que en aquel momento estaba en boca de todos, y deportarme a mi país. De todas formas fue uno de los mejores viajes de mi vida. La comida que tomábamos habitualmente en la residencia universitaria era “Fish and Chips” un plato típico irlandés. No se trata de un plato insano ya que consta de pescado con patatas fritas y un poco de ensalada acompañando pero no teníamos una alimentación variada. Cabe tener en cuenta que durante mi adolescencia sufrí catarros estacionales y gripes, que en general no resultaron nada graves. Lo único que me causaban era faltar a clase, ya que no me encontraba capaz de atender y además no quería contagiar a mis compañeros, cosa que era casi inevitable. De vez en cuando también tenía dolores de estómago, pero nada grave. Es preciso tener en cuenta que en esta época de mi vida prescindía del desayuno, únicamente tomaba café y eso me debilitaba durante el día. Esto provocaba que de vez en cuando me bajara la tensión y me mareara, pero los profesores siempre me ayudaron cuando no estaba bien del todo. En general he gozado de una buena salud a lo largo de mi vida y no tengo queja alguna. Ahora me he dado cuenta de lo importante que puede llegar a ser la práctica de deportes, la buena alimentación y la higiene.
Publicado en Faitic el Miércoles, 18 de septiembre de 2013 a las 22:26
domingo, 27 de octubre de 2013
domingo, 13 de octubre de 2013
sábado, 12 de octubre de 2013
viernes, 11 de octubre de 2013
jueves, 10 de octubre de 2013
miércoles, 9 de octubre de 2013
lunes, 7 de octubre de 2013
domingo, 6 de octubre de 2013
Spot publicitario contra la obesidad infantil.
LAURA BLANCO BOUZO
PAULA CARBALLO RODRÍGUEZ
JULIA CENDÁN FEIJÓO-MONTENEGRO
REBECA DÍZ QUEIJA
ANTÍA DOMURO ARIAS
PAULA CARBALLO RODRÍGUEZ
JULIA CENDÁN FEIJÓO-MONTENEGRO
REBECA DÍZ QUEIJA
ANTÍA DOMURO ARIAS
domingo, 22 de septiembre de 2013
RELATO AUTOBIOGRÁFICO DE SALUD DENDE A MIÑA INFANCIA ATA A ADOLESCENCIA.
Nesta entrada falarei da
miña experiencia relacionada coa saúde ata o día de hoxe.
Quería empezar por
destacar a educación que recibía tanto no colexio como en casa sobre este tema.
Sendo pequena comía na casa dos meus avós por mor dos horarios que tiñan meus
pais no traballo. Creo que a maioría das avoas, ou case todas, inculcan aos
netos a comer de todo e en cantidade, polo que a miña alimentación considero
que era moi boa.
Na aula de infantil
tiñamos un armario onde cada neno gardaba o seu cepillo de dentes, o seu
mandil, a merenda para o recreo e unha muda de roupa que sempre gardabamos en
clase por se algún dia ou nalgún momento necesitábamos cambiarnos. Antes do
recreo a profesora acompañábanos ao lavabo a limpar as mans para comer logo a
merenda.
Ensinábannos a importancia
dunha boa alimentación e unha boa hixiene mediante xogos.
Respecto a problemas de
saúde non tiven ningún grave: Con 7 ou 8 anos de idade, recordo ter a varicela
debido ao contaxio do meu irmán que a padecía dende un par de días antes;
recordo que entre os dous había moita diferenza nese momento, xa que no meu
caso, saíranme moitos menos graniños e durárame menos días.
Durante case toda a vida,
fixéronme un seguimento cada poucos meses debido o meu crecemento. Dende
infantil, crecía moi poucos centímetros ao ano, o que me facía estar sempre por
debaixo da media normal, e aos 11 anos fixéronme unhas probas de sangue a min e
aos meus pais, para descartar calquera problema grave no crecemento. A esa
idade, as probas confirmaron que non tiña ningunha enfermidade nin problemas
que impediran o meu crecemento, pero que posuía a altura e o peso dunha rapaza
de 9 anos. A única explicación podía ser unha falta de calcio polo que me
recomendaron unha marca específica de leite.
Outro detalle a destacar,
foron os veráns entre os 12 e os 15 máis ou menos. Coma a maioría de persoas,
durante esta época vestía con sandalias ou zapatos abertos o que me producía
unha especie de cortes nos pés que podían chegar a abrirse demasiado e comezar
a sangrar. Fun o médico e dicíame que iso podía deberse a ter a pel nesta parte
do corpo demasiado seca nesa época de calor: a solución para as curas era botar
crema hidratante e durmir con calcetíns. á mañá seguinte tiña os cortes
bastante mellor. Sen saber o
porqué e dun ano para outro, non me volveu a acontecer iso, a pesar de que en
ningún momento prescindín do uso de calzado aberto ou de sandalias.
Teño todas as vacinas que
lle poñen ás persoas ata os 14 anos. a última que me puxeron, creo que foron
tres, con 15 anos, e era contra o cancro de útero.
No verán do 2008, coa
axuda dunha beca da Xunta de Galicia, fun durante tres semanas a unha residencia
nunha cidade de Inglaterra. Ata entón sempre fun unha rapaza que era difícil
que enfermara aínda que fora dun simple catarro. Pero os últimos días da miña
estancia naquel país, tivera unha inflamación grave na garganta, o coñecido
como "placas". Recordo estar bastante mala, con febre na cama,e que
apenas comía debido á dor que sentía o tragar. Aquela infección marcou bastante
a miña vida a dia de hoxe, xa que dende aquel ano, agora teño moitísima
facilidade para pórme mala da garganta con inflamacións unhas 4 ou 5 veces ao
ano. o ano pasado, fun a un especialista que me dixo que non era normal sufrir
da garganta tantas veces nun mesmo ano, e que se seguía así, era mellor que me
operara. Sigo padecendo bastante destas infeccións, aínda que non tan
reiteradamente, polo que prefiro non operarme de momento.
A pesar de todo iso, non
considero que tivera ningún problema grave de saúde durante a miña vida. Agora
coido bastante a miña alimentación, aínda que vivindo soa fora da casa durante
o curso, como menos saudable pero intento levar unha dieta variada. tamén
intento non abusar moito no uso de pastillas como "ibuprofeno" senón
é nun caso de forte dor de cabeza ou dese tipo de molestias.
DIZ QUEIJA, REBECA
sábado, 21 de septiembre de 2013
RELATO AUTOBIOGRÁFICO DE SALUD DESDE MI INFANCIA HASTA LA ADOLESCENCIA
En esta entrada quiero compartir mis experiencias con respecto a la salud, desde mi infancia hasta la adolescencia.
Como comprenderéis, antes de los 3 años se me hace muy difícil recordar en cuanto al tema de salud así que creo que lo más sensato será empezar por los 4 años.
Durante esta edad iba al colegio Santo Ángel, aquí en Ourense. Recuerdo que tenía lo común de niños de estas edades: algún que otro catarro sin importancia, fiebre... aunque todo se curaba con Dalsy o con los mimos de mamá. Cuando me encontraba enferma no podía acudir al colegio y como mis padres trabajaban, siempre se quedaba mi abuela cuidándome. También tengo que mencionar que tuve varicela y creo recordar que fue muy molesto. Estaba todo el día rascándome a pesar de que mis padres me reñían si lo hacía, explicando que después me iban a quedar marcas por todo el cuerpo.
Referido a la escuela, los profesores nos trataban de inculcar lo esencial que era cuidarse y tener una higiene adecuada. Los niños que nos quedábamos a comer en el comedor del colegio teníamos que llevar siempre nuestro cepillo de dientes para lavarnos después de comer. También recuerdo que no me dejaban entrar al comedor sin antes haberme lavado las manos. Esta acción también se tenía que repetir al acabar de comer.
Lo común en las edades comprendidas entre 4 y 10 años eran las vacunas. Cada vez que mi madre me llevaba al médico porque me tenían que poner una recuerdo que lloraba. Odiaba las vacunas. Sin embargo, me explicaban que eran necesarias para no estar siempre enferma y muy a mi pesar me tenía que tranquilizar y hacerle caso al doctor.
Cuando yo tenía 7 años nació mi hermano pequeño, Lucas. A él le detectaron que era alérgico al polvo. Fue entonces cuando a mi y a mi otro hermano, que se llama Xabier, nos hicieron una serie de pruebas para ver si nosotros también éramos alérgicos a algo. Los dos dimos negativo.
Ya en la adolescencia, me preocupaba más por mi higiene y por mi imagen. Quería sentirme bien conmigo misma y con los demás. En el instituto, en las clases de Educación Física, siempre llevaba mi pequeño neceser para asearme después de realizar las actividades deportivas.
Quiero mencionar que cuando tenía 17 años tuve una infección de orina. Yo pensaba que no sería nada grave así que no le dije nada a mis padres. Los días fueron pasando y me encontraba cada vez peor por lo que tuve que ir al médico. Allí me realizaron unas pruebas y me hicieron una ecografía con la que descubrieron que tenía piedras en la vesícula. El endocrino me recomendó que tenía que beber grandes cantidades de agua al día y me dijo que si volvía a tener una infección de orina tan grande como la que tuve me tendrían que operar para sacármelas.
Otra enfermedad que quiero resaltar cuando tenía 18 años fue que a través de unos análisis de sangre detectaron anemia. El médico me recomendó que tenía que tomar unos sobres que contenían hierro durante 6 meses pero nunca me acordaba de tomármelos y la anemia nunca se iba de mi cuerpo. Yo me notaba mucho más cansada y más cuando me venía la regla. A día de hoy aún tengo que tomar cada día esos sobres porque sigo teniendo esa enfermedad. De hecho, creo que está originada en una mala alimentación ya que suelo comer pocas verduras, aunque me encantan, poca fruta y pocos hidratos de carbono.
Para finalizar, considero que no tuve enfermedades suficientemente graves en mi vida. A partir de la mayoría de edad lo único que tuve fueron dolencias de cabeza, irritación de garganta o dolores de estómago que se erradicaban si tomaba un ibuprofeno. Pero a día de hoy creo que soy mucho más consciente de lo importante que es estar saludable y por qué no, de realizar alguna actividad física para mantenernos siempre activos.
Domuro Arias, Antía
Como comprenderéis, antes de los 3 años se me hace muy difícil recordar en cuanto al tema de salud así que creo que lo más sensato será empezar por los 4 años.
Durante esta edad iba al colegio Santo Ángel, aquí en Ourense. Recuerdo que tenía lo común de niños de estas edades: algún que otro catarro sin importancia, fiebre... aunque todo se curaba con Dalsy o con los mimos de mamá. Cuando me encontraba enferma no podía acudir al colegio y como mis padres trabajaban, siempre se quedaba mi abuela cuidándome. También tengo que mencionar que tuve varicela y creo recordar que fue muy molesto. Estaba todo el día rascándome a pesar de que mis padres me reñían si lo hacía, explicando que después me iban a quedar marcas por todo el cuerpo.
Referido a la escuela, los profesores nos trataban de inculcar lo esencial que era cuidarse y tener una higiene adecuada. Los niños que nos quedábamos a comer en el comedor del colegio teníamos que llevar siempre nuestro cepillo de dientes para lavarnos después de comer. También recuerdo que no me dejaban entrar al comedor sin antes haberme lavado las manos. Esta acción también se tenía que repetir al acabar de comer.
Lo común en las edades comprendidas entre 4 y 10 años eran las vacunas. Cada vez que mi madre me llevaba al médico porque me tenían que poner una recuerdo que lloraba. Odiaba las vacunas. Sin embargo, me explicaban que eran necesarias para no estar siempre enferma y muy a mi pesar me tenía que tranquilizar y hacerle caso al doctor.
Cuando yo tenía 7 años nació mi hermano pequeño, Lucas. A él le detectaron que era alérgico al polvo. Fue entonces cuando a mi y a mi otro hermano, que se llama Xabier, nos hicieron una serie de pruebas para ver si nosotros también éramos alérgicos a algo. Los dos dimos negativo.
Ya en la adolescencia, me preocupaba más por mi higiene y por mi imagen. Quería sentirme bien conmigo misma y con los demás. En el instituto, en las clases de Educación Física, siempre llevaba mi pequeño neceser para asearme después de realizar las actividades deportivas.
Quiero mencionar que cuando tenía 17 años tuve una infección de orina. Yo pensaba que no sería nada grave así que no le dije nada a mis padres. Los días fueron pasando y me encontraba cada vez peor por lo que tuve que ir al médico. Allí me realizaron unas pruebas y me hicieron una ecografía con la que descubrieron que tenía piedras en la vesícula. El endocrino me recomendó que tenía que beber grandes cantidades de agua al día y me dijo que si volvía a tener una infección de orina tan grande como la que tuve me tendrían que operar para sacármelas.
Otra enfermedad que quiero resaltar cuando tenía 18 años fue que a través de unos análisis de sangre detectaron anemia. El médico me recomendó que tenía que tomar unos sobres que contenían hierro durante 6 meses pero nunca me acordaba de tomármelos y la anemia nunca se iba de mi cuerpo. Yo me notaba mucho más cansada y más cuando me venía la regla. A día de hoy aún tengo que tomar cada día esos sobres porque sigo teniendo esa enfermedad. De hecho, creo que está originada en una mala alimentación ya que suelo comer pocas verduras, aunque me encantan, poca fruta y pocos hidratos de carbono.
Para finalizar, considero que no tuve enfermedades suficientemente graves en mi vida. A partir de la mayoría de edad lo único que tuve fueron dolencias de cabeza, irritación de garganta o dolores de estómago que se erradicaban si tomaba un ibuprofeno. Pero a día de hoy creo que soy mucho más consciente de lo importante que es estar saludable y por qué no, de realizar alguna actividad física para mantenernos siempre activos.
Domuro Arias, Antía
MI EXPERIENCIA SOBRE LA SALUD
MI
EXPERIENCIA SOBRE LA SALUD
Este relato tratará de
mi experiencia sobre la salud. Con dos o tres años, tuve una gripe muy grande,
pero yo de eso no me acuerdo aunque mis padres me lo recuerdan cada poco. A
partir de aquí, cada año tenía dolor de garganta, placas o alguna enfermedad
relacionada con ella. Pero a diferencia de otros niños, cuando yo estaba
enferma tenía tanta fiebre que no podía ir a clases.
Al empezar en el
colegio, salía de una gripe para meterme en otra cada poco, pero creo que es
algo común en todos los niños.
Algo asombroso fue que
nunca tuve la varicela a pesar de que todos los niños, a mí alrededor la
padecían.
Durante mi niñez tuve
que ir a un traumatólogo ya que tenía los pies planos que dificultaba mi
caminar, pero después de varios años y
muchos ejercicios solucioné este problema.
Cuando iba a Infantil,
los profesores nos acompañaban siempre al baño y había papel para limpiarnos.
También nos limpiábamos las manos después de utilizar témperas u otras
herramientas que manchaban. Sin embargo, estos baños estaban situados fuera del
aula, en el patio, por lo que teníamos que salir afuera para poder usar estos
servicios y en invierno hacia mucho frio que podría afectarnos a nuestra salud.
Sobre la alimentación,
cada niño traía un bocadillo o un yogurt para los recreos tanto por la mañana
como por la tarde. Algunas veces comíamos alguna golosina como premio de algún
trabajo bien hecho o como por ejemplo, en los cumpleaños, nuestra profesora de
cuatro años llevaba a clases caramelos y una corona al cumpleañero y lo
pasábamos genial. No creo que sea nada malo ya que además de esto nos
explicaban las formas de higiene y alimentación.
Con el paso de los
años, la higiene en mi colegio fallaba un poco y me empezaron a nacer unas
verrugas en las piernas, una especie de hongos, a causa de alguna infección. Yo
siempre pensé que era por apoyarme en los baños del colegio. Esto lo padecí
durante muchos años y para que se me quitaran, lo pasé fatal ya que me tenía
que echar un líquido que me produjo una reacción porque tengo una piel bastante
sensible a causa de padecer dermatitis atópica.
En lo referente a mi
salud emocional, fui una niña feliz que me encantaba reunirme con mis primos y
jugar. En el colegio, lo pasaba bien pero siempre hay problemas con las
relaciones entre nosotros. En primaria, esto es más difícil pero en general
estuve muy bien.
Ahora siendo más mayor,
tuve placas con mucha fiebre, bronquitis, sinusitis…
Soy una persona
bastante nerviosa. Cuando estoy con exámenes los nervios me producen dolor de
cabeza, brotes en la piel…
En las revisiones del
médico, tenía bien la vista y la dentadura pero a partir de los trece años
aproximadamente esto empezó a empeorar y tuve que ponerme aparato durante un
año y medio y gafas solo para clases.
En cuanto a la
nutrición, yo era una niña que comía muy mal, no me gustaba nada. Mis padres o
mi abuela siempre me obligaban a comer y si no había manera, me la mezclaban
con yogurt, ya que solo en mi vida fui una vez al comedor del colegio. Por fin,
cuando crecí empecé a cambiar en mi alimentación y ahora como un poco más de
todo aunque soy algunas veces, lo reconozco, muy exquisita. Pero mejoré en que
ya me gusta más la variedad y protesto menos cuando estoy fuera de casa, ya que
me amoldo más a las comidas.
Siempre hice bastante
deporte desde los seis o siete años ya que me gustaba. Fui durante mucho tiempo
a baile y a natación pero con los años me hice un poco más vaga.
En resumen, sufrí
varias enfermedades pero nunca tuve que permanecer hospitalizada, con lo cual
no debieron ser demasiado graves. Mi higiene es buena pero si las instalaciones
que me rodean no la tienen buena, esto no es beneficioso para nadie. Hasta
ahora, he aprendido que hay comer de todo, no ser tan exquisita y practicar
todo el deporte que puedas.
Laura Blanco
Bouzo
RELATO AUTOBIOGRÁFICO DE SALUD
DESDE MI INFANCIA HASTA LA ADOLESCENCIA
A continuación voy a hablar sobre mi experiencia sobre la
salud a lo largo de mi infancia y adolescencia en relación con la escuela.
En primer lugar tengo que explicar que yo no empecé el
colegio con tres años como la mayoría de mis compañeros. Yo empecé a los cuatro
años, ya que con dos y tres años iba a la guardería de mi barrio. Esto fue un
recuerdo muy agradable para mí. Lo poco que recuerdo es que una de las
cuidadoras era muy buena con nosotros y de que nos dedicábamos a pintar con los
colores que compartíamos con nuestros compañeros. En esta etapa yo no tuve ningún
problema de salud relevante, simplemente destacar, que en esa época me quedaba
a comer en el comedor muy contenta, según lo que me han dicho mis padres. Con cuatro años de edad empecé a ir al
colegio. Las aula de mi colegio estaba ordenadas y limpias, eran adecuadas para
los alumnos; sin embargo, los aseos de
los alumnos más pequeños del colegio no eran los adecuados. Los alumnos de tres
y cuatro años estaban en unas aulas al lado del patio y en medio estaban los
aseos a los que tenías que acceder saliendo al patio descubierto. Por esta razón,
en invierno los alumnos podían coger resfriados gripes... por el hecho de tener
que salir al frio y a la lluvia para poder ir al aseo. Lo adecuado para estos
niños sería que tuvieran los aseos dentro del aula, como sucede actualmente en
este mismo colegio. En esta etapa de mi infancia no tuve problemas de salud llamativos,
simplemente algún resfriado poco importante.
A los cinco y seis años de edad, mi salud siguió igual que
siempre. En el colegio las aulas seguían
con la misma limpieza aunque los aseos seguían destacando negativamente. En esta
etapa de mi vida tuve un cambio muy importante y que se notaba mucho. Tuve que
ir hacer una revisión al oculista y me dio una mala noticia, tenía que poner
gafas. Esta noticia no fue bien asimilada por mi parte y me costó mucho
adaptarme al gran cambio. Al principio siempre me olvidaba las gafas en casa o
no las quería poner pero poco a poco, con el tiempo me fui acostumbrando y haciéndome
a la idea de que era por mi bien. Por otra parte, mi alimentación en la etapa de
infantil fue buena, no era una niña problemática a la hora de comer ya que
comía todos los día en casa, y si por algún motivo no podía ir a comer con
ellos iba a comer a casa de mi abuela. Cuando iba a comer a casa de ella
siempre iba sola del cole. ya que su casa estaba muy próxima al colegio. A mí
me gustaba mucho comer allí porque ella siempre me hacía la comida que mas me
gustaba; como muchos dicen: “las comidas de las abuelas son las mejores del
mundo”. En el colegio casi nunca me quedaba a comer y las pocas veces que me
quede tuve un mal recuerdo. Había comida que no me gustaba y me la mandaban
comer igual. La norma del comedor era que si no acababas la comida no te podías
levantar y no podías jugar, tenías que acabarla sí o sí. Por último, en esta etapa descubrieron mi
alergia de los mosquitos. Un verano estaba
pasando mis vacaciones en la playa con mis padres en Vigo y una mañana me
levante con el ojo muy hinchado. Mis padres asustados porque no sabían que me
había pasado me llevaron a urgencias, pero allí no descubrían porque había
pasado eso. Por eso me mandaron a urgencias de mi ciudad y allí ya descubrieron
mi alergia. Esta alergia no es muy problemática, solo tengo problemas cuando
las picaduras están cerca del ojo o en la cara. O si me pican en muchas partes
del cuerpo me duele más de lo normal pero nada grave.
El paso de la etapa de infantil a primaria fue un gran cambio para mí. Fue en primaria
cuando tuve más problemas de salud. Antes de hacer la comunión tuve la
varicela, con ocho años. Yo estaba muy
bien en casa pero tenía miedo de que me quedaran las marcas para la comunión,
por esa razón mis padres hicieron todo lo posible para que eso no sucediera. En
cuanto al colegio, en ese tiempo comencé a notar que en las aulas en invierno podía
hacer mas frio del normal, debía ser porque habíamos cambiado del aula y a veces había problemas de calefacción. Los aseos
seguían igual que siempre pero se notaba más sucios en los que estaban en los
patios exteriores y los interiores,
donde eran utilizados por todos los alumnos de colegio. Además en esa época
puedo destacar que mi salud emocional estaba más afectada de lo normal, pero poco
a poco fue mejorando con ayuda familiar
y de buenas amistades. Puedo decir, que
fue una época difícil y se notaba más el cambio.
Y por último, la etapa de la ESO en relación con el colegio
se notó muchos cambios. Las aulas eran más grandes, estaban en la planta baja,
por lo que tampoco se notaban tanto frio. Al principio de la ESO las aulas estaban muy mal pintadas pero poco
a poco se fueron cambiando y cuando me fui del colegio estaba toda la planta
reformada. Una de los cambios más
relevantes era que en educación física
nos mandaban ducharnos, pero los aseos no estaban adecuados para esto. Hacía
frio en ellos, las duchas no estaban muy limpias, no había suficiente espacio
para todas y no teníamos suficiente tiempo para ducharnos todas. En cuanto a mi
alimentación ya probaba más cosas y me gustaba más variedad de comida; además
en el recreo siempre llevaba algo para comer y no hacía falta que me mandaran. Sin embargo, me costaba mucho desayunar y no
comer comida basura, que lo único que
causo en mi salud es que tuviera indicios de tener colesterol; un problema que
fue aumentando poco a poco.
En definitiva, mi salud a los largo de mi infancia hasta mi
adolescencia fue normal. No tuve problemas muy graves de salud. Los más
destacados, fueron el uso de gafas, varicela y simples gripes y dolor de
garganta. Sin embargo podemos destacar,
que no estudie en un colegio tan perfecto a la hora de la salud aunque poco a
poco fue mejorando y cuando ya me fui del colegio con dieciséis años habían
resuelto varios problemas de los antes mencionados.
PAULA CARBALLO RODRÍGUEZ
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