domingo, 22 de septiembre de 2013

RELATO AUTOBIOGRÁFICO DE SALUD DENDE A MIÑA INFANCIA ATA A ADOLESCENCIA.

Nesta entrada falarei da miña experiencia relacionada coa saúde ata o día de hoxe.

Quería empezar por destacar a educación que recibía tanto no colexio como en casa sobre este tema. Sendo pequena comía na casa dos meus avós por mor dos horarios que tiñan meus pais no traballo. Creo que a maioría das avoas, ou case todas, inculcan aos netos a comer de todo e en cantidade, polo que a miña alimentación considero que era moi boa.

Na aula de infantil tiñamos un armario onde cada neno gardaba o seu cepillo de dentes, o seu mandil, a merenda para o recreo e unha muda de roupa que sempre gardabamos en clase por se algún dia ou nalgún momento necesitábamos cambiarnos. Antes do recreo a profesora acompañábanos ao lavabo a limpar as mans para comer logo a merenda.
Ensinábannos a importancia dunha boa alimentación e unha boa hixiene mediante xogos.

Respecto a problemas de saúde non tiven ningún grave: Con 7 ou 8 anos de idade, recordo ter a varicela debido ao contaxio do meu irmán que a padecía dende un par de días antes; recordo que entre os dous había moita diferenza nese momento, xa que no meu caso, saíranme moitos menos graniños e durárame menos días.

Durante case toda a vida, fixéronme un seguimento cada poucos meses debido o meu crecemento. Dende infantil, crecía moi poucos centímetros ao ano, o que me facía estar sempre por debaixo da media normal, e aos 11 anos fixéronme unhas probas de sangue a min e aos meus pais, para descartar calquera problema grave no crecemento. A esa idade, as probas confirmaron que non tiña ningunha enfermidade nin problemas que impediran o meu crecemento, pero que posuía a altura e o peso dunha rapaza de 9 anos. A única explicación podía ser unha falta de calcio polo que me recomendaron unha marca específica de leite.


Outro detalle a destacar, foron os veráns entre os 12 e os 15 máis ou menos. Coma a maioría de persoas, durante esta época vestía con sandalias ou zapatos abertos o que me producía unha especie de cortes nos pés que podían chegar a abrirse demasiado e comezar a sangrar. Fun o médico e dicíame que iso podía deberse a ter a pel nesta parte do corpo demasiado seca nesa época de calor: a solución para as curas era botar crema hidratante e durmir con calcetíns. á mañá seguinte tiña os cortes bastante mellor. Sen saber o porqué e dun ano para outro, non me volveu a acontecer iso, a pesar de que en ningún momento prescindín do uso de calzado aberto ou de sandalias.

Teño todas as vacinas que lle poñen ás persoas ata os 14 anos. a última que me puxeron, creo que foron tres, con 15 anos, e era contra o cancro de útero.

No verán do 2008, coa axuda dunha beca da Xunta de Galicia, fun durante tres semanas a unha residencia nunha cidade de Inglaterra. Ata entón sempre fun unha rapaza que era difícil que enfermara aínda que fora dun simple catarro. Pero os últimos días da miña estancia naquel país, tivera unha inflamación grave na garganta, o coñecido como "placas". Recordo estar bastante mala, con febre na cama,e que apenas comía debido á dor que sentía o tragar. Aquela infección marcou bastante a miña vida a dia de hoxe, xa que dende aquel ano, agora teño moitísima facilidade para pórme mala da garganta con inflamacións unhas 4 ou 5 veces ao ano. o ano pasado, fun a un especialista que me dixo que non era normal sufrir da garganta tantas veces nun mesmo ano, e que se seguía así, era mellor que me operara. Sigo padecendo bastante destas infeccións, aínda que non tan reiteradamente, polo que prefiro non operarme de momento.


A pesar de todo iso, non considero que tivera ningún problema grave de saúde durante a miña vida. Agora coido bastante a miña alimentación, aínda que vivindo soa fora da casa durante o curso, como menos saudable pero intento levar unha dieta variada. tamén intento non abusar moito no uso de pastillas como "ibuprofeno" senón é nun caso de forte dor de cabeza ou dese tipo de molestias.



DIZ QUEIJA, REBECA

sábado, 21 de septiembre de 2013

RELATO AUTOBIOGRÁFICO DE SALUD DESDE MI INFANCIA HASTA LA ADOLESCENCIA

En esta entrada quiero compartir mis experiencias con respecto a la salud, desde mi infancia hasta la adolescencia.

Como comprenderéis, antes de los 3 años se me hace muy difícil recordar en cuanto al tema de salud así que creo que lo más sensato será empezar por los 4 años. 
Durante esta edad iba al colegio Santo Ángel, aquí en Ourense. Recuerdo que tenía lo común de niños de estas edades: algún que otro catarro sin importancia, fiebre... aunque todo se curaba con Dalsy o con los mimos de mamá. Cuando me encontraba enferma no podía acudir al colegio y como mis padres trabajaban, siempre se quedaba mi abuela cuidándome. También tengo que mencionar que tuve varicela y creo recordar que fue muy molesto. Estaba todo el día rascándome a pesar de que mis padres me reñían si lo hacía, explicando que después me iban a quedar marcas por todo el cuerpo.

Referido a la escuela, los profesores nos trataban de inculcar lo esencial que era cuidarse y tener una higiene adecuada. Los niños que nos quedábamos a comer en el comedor del colegio teníamos que llevar siempre nuestro cepillo de dientes para lavarnos después de comer. También recuerdo que no me dejaban entrar al comedor sin antes haberme lavado las manos. Esta acción también se tenía que repetir al acabar de comer.

Lo común en las edades comprendidas entre 4 y 10 años eran las vacunas. Cada vez que mi madre me llevaba al médico porque me tenían que poner una recuerdo que lloraba. Odiaba las vacunas. Sin embargo, me explicaban que eran necesarias para no estar siempre enferma y muy a mi pesar me tenía que tranquilizar y hacerle caso al doctor.
Cuando yo tenía 7 años nació mi hermano pequeño, Lucas. A él le detectaron que era alérgico al polvo. Fue entonces cuando a mi y a mi otro hermano, que se llama Xabier, nos hicieron una serie de pruebas para ver si nosotros también éramos alérgicos a algo. Los dos dimos negativo.

Ya en la adolescencia, me preocupaba más por mi higiene y por mi imagen. Quería sentirme bien conmigo misma y con los demás. En el instituto, en las clases de Educación Física, siempre llevaba mi pequeño neceser para asearme después de realizar las actividades deportivas.
 Quiero mencionar que cuando tenía 17 años tuve una infección de orina. Yo pensaba que no sería nada grave así que no le dije nada a mis padres. Los días fueron pasando y me encontraba cada vez peor por lo que tuve que ir al médico. Allí me realizaron unas pruebas y me hicieron una ecografía con la que descubrieron que tenía piedras en la vesícula. El endocrino me recomendó que tenía que beber grandes cantidades de agua al día y me dijo que si volvía a tener una infección de orina tan grande como la que tuve me tendrían que operar para sacármelas.
Otra enfermedad que quiero resaltar cuando tenía 18 años fue que a través de unos análisis de sangre detectaron anemia. El médico me recomendó que tenía que tomar unos sobres que contenían hierro durante 6 meses pero nunca me acordaba de tomármelos y la anemia nunca se iba de mi cuerpo. Yo me notaba mucho más cansada y más cuando me venía la regla. A día de hoy aún tengo que tomar cada día esos sobres porque sigo teniendo esa enfermedad. De hecho, creo que está originada en una mala alimentación  ya que suelo comer pocas verduras, aunque me encantan, poca fruta y pocos hidratos de carbono.

Para finalizar, considero que no tuve enfermedades suficientemente graves en mi vida. A partir de la mayoría de edad lo único que tuve fueron dolencias de cabeza, irritación de garganta o dolores de estómago que se erradicaban si tomaba un ibuprofeno. Pero a día de hoy creo que soy mucho más consciente de lo importante que es estar saludable y por qué no, de realizar alguna actividad física para mantenernos siempre activos.


Domuro Arias, Antía





MI EXPERIENCIA SOBRE LA SALUD



MI EXPERIENCIA SOBRE LA SALUD

Este relato tratará de mi experiencia sobre la salud. Con dos o tres años, tuve una gripe muy grande, pero yo de eso no me acuerdo aunque mis padres me lo recuerdan cada poco. A partir de aquí, cada año tenía dolor de garganta, placas o alguna enfermedad relacionada con ella. Pero a diferencia de otros niños, cuando yo estaba enferma tenía tanta fiebre que no podía ir a clases.
Al empezar en el colegio, salía de una gripe para meterme en otra cada poco, pero creo que es algo común en todos los niños.
Algo asombroso fue que nunca tuve la varicela a pesar de que todos los niños, a mí alrededor la padecían.
Durante mi niñez tuve que ir a un traumatólogo ya que tenía los pies planos que dificultaba mi caminar,  pero después de varios años y muchos ejercicios solucioné este problema.
Cuando iba a Infantil, los profesores nos acompañaban siempre al baño y había papel para limpiarnos. También nos limpiábamos las manos después de utilizar témperas u otras herramientas que manchaban. Sin embargo, estos baños estaban situados fuera del aula, en el patio, por lo que teníamos que salir afuera para poder usar estos servicios y en invierno hacia mucho frio que podría afectarnos a nuestra salud.
Sobre la alimentación, cada niño traía un bocadillo o un yogurt para los recreos tanto por la mañana como por la tarde. Algunas veces comíamos alguna golosina como premio de algún trabajo bien hecho o como por ejemplo, en los cumpleaños, nuestra profesora de cuatro años llevaba a clases caramelos y una corona al cumpleañero y lo pasábamos genial. No creo que sea nada malo ya que además de esto nos explicaban las formas de higiene y alimentación.
Con el paso de los años, la higiene en mi colegio fallaba un poco y me empezaron a nacer unas verrugas en las piernas, una especie de hongos, a causa de alguna infección. Yo siempre pensé que era por apoyarme en los baños del colegio. Esto lo padecí durante muchos años y para que se me quitaran, lo pasé fatal ya que me tenía que echar un líquido que me produjo una reacción porque tengo una piel bastante sensible a causa de padecer dermatitis atópica.
En lo referente a mi salud emocional, fui una niña feliz que me encantaba reunirme con mis primos y jugar. En el colegio, lo pasaba bien pero siempre hay problemas con las relaciones entre nosotros. En primaria, esto es más difícil pero en general estuve muy bien.
Ahora siendo más mayor, tuve placas con mucha fiebre, bronquitis, sinusitis…
Soy una persona bastante nerviosa. Cuando estoy con exámenes los nervios me producen dolor de cabeza, brotes en la piel…
En las revisiones del médico, tenía bien la vista y la dentadura pero a partir de los trece años aproximadamente esto empezó a empeorar y tuve que ponerme aparato durante un año y medio y gafas solo para clases.
En cuanto a la nutrición, yo era una niña que comía muy mal, no me gustaba nada. Mis padres o mi abuela siempre me obligaban a comer y si no había manera, me la mezclaban con yogurt, ya que solo en mi vida fui una vez al comedor del colegio. Por fin, cuando crecí empecé a cambiar en mi alimentación y ahora como un poco más de todo aunque soy algunas veces, lo reconozco, muy exquisita. Pero mejoré en que ya me gusta más la variedad y protesto menos cuando estoy fuera de casa, ya que me amoldo más a las comidas.
Siempre hice bastante deporte desde los seis o siete años ya que me gustaba. Fui durante mucho tiempo a baile y a natación pero con los años me hice un poco más vaga.
En resumen, sufrí varias enfermedades pero nunca tuve que permanecer hospitalizada, con lo cual no debieron ser demasiado graves. Mi higiene es buena pero si las instalaciones que me rodean no la tienen buena, esto no es beneficioso para nadie. Hasta ahora, he aprendido que hay comer de todo, no ser tan exquisita y practicar todo el deporte que puedas.

                                                                                                    Laura Blanco Bouzo

RELATO AUTOBIOGRÁFICO DE SALUD DESDE MI INFANCIA HASTA LA ADOLESCENCIA

A continuación voy a hablar sobre mi experiencia sobre la salud a lo largo de mi infancia y adolescencia en relación con la escuela.

En primer lugar tengo que explicar que yo no empecé el colegio con tres años como la mayoría de mis compañeros. Yo empecé a los cuatro años, ya que con dos y tres años iba a la guardería de mi barrio. Esto fue un recuerdo muy agradable para mí. Lo poco que recuerdo es que una de las cuidadoras era muy buena con nosotros y de que nos dedicábamos a pintar con los colores que compartíamos con nuestros compañeros. En esta etapa yo no tuve ningún problema de salud relevante, simplemente destacar, que en esa época me quedaba a comer en el comedor muy contenta, según lo que me han dicho mis padres.  Con cuatro años de edad empecé a ir al colegio. Las aula de mi colegio estaba ordenadas y limpias, eran adecuadas para los alumnos;  sin embargo, los aseos de los alumnos más pequeños del colegio no eran los adecuados. Los alumnos de tres y cuatro años estaban en unas aulas al lado del patio y en medio estaban los aseos a los que tenías que acceder saliendo al patio descubierto. Por esta razón, en invierno los alumnos podían coger resfriados gripes... por el hecho de tener que salir al frio y a la lluvia para poder ir al aseo. Lo adecuado para estos niños sería que tuvieran los aseos dentro del aula, como sucede actualmente en este mismo colegio. En esta etapa de mi infancia no tuve problemas de salud llamativos, simplemente algún resfriado poco importante.

A los cinco y seis años de edad, mi salud siguió igual que siempre.  En el colegio las aulas seguían con la misma limpieza aunque los aseos seguían destacando negativamente. En esta etapa de mi vida tuve un cambio muy importante y que se notaba mucho. Tuve que ir hacer una revisión al oculista y me dio una mala noticia, tenía que poner gafas. Esta noticia no fue bien asimilada por mi parte y me costó mucho adaptarme al gran cambio. Al principio siempre me olvidaba las gafas en casa o no las quería poner pero poco a poco, con el tiempo me fui acostumbrando y haciéndome a  la idea de que era por mi bien.  Por otra parte, mi alimentación en la etapa de infantil fue buena, no era una niña problemática a la hora de comer ya que comía todos los día en casa, y si por algún motivo no podía ir a comer con ellos iba a comer a casa de mi abuela. Cuando iba a comer a casa de ella siempre iba sola del cole. ya que su casa estaba muy próxima al colegio. A mí me gustaba mucho comer allí porque ella siempre me hacía la comida que mas me gustaba; como muchos dicen: “las comidas de las abuelas son las mejores del mundo”. En el colegio casi nunca me quedaba a comer y las pocas veces que me quede tuve un mal recuerdo. Había comida que no me gustaba y me la mandaban comer igual. La norma del comedor era que si no acababas la comida no te podías levantar y no podías jugar, tenías que acabarla sí o sí.  Por último, en esta etapa descubrieron mi alergia de los mosquitos.  Un verano estaba pasando mis vacaciones en la playa con mis padres en Vigo y una mañana me levante con el ojo muy hinchado. Mis padres asustados porque no sabían que me había pasado me llevaron a urgencias, pero allí no descubrían porque había pasado eso. Por eso me mandaron a urgencias de mi ciudad y allí ya descubrieron mi alergia. Esta alergia no es muy problemática, solo tengo problemas cuando las picaduras están cerca del ojo o en la cara. O si me pican en muchas partes del cuerpo me duele más de lo normal pero nada grave.

El paso de la etapa de infantil a primaria  fue un gran cambio para mí. Fue en primaria cuando tuve más problemas de salud. Antes de hacer la comunión tuve la varicela, con ocho años.  Yo estaba muy bien en casa pero tenía miedo de que me quedaran las marcas para la comunión, por esa razón mis padres hicieron todo lo posible para que eso no sucediera. En cuanto al colegio, en ese tiempo comencé a notar que en las aulas en invierno podía hacer mas frio del normal, debía ser porque habíamos cambiado del aula y  a veces había problemas de calefacción. Los aseos seguían igual que siempre pero se notaba más sucios en los que estaban en los patios exteriores  y los interiores, donde eran utilizados por todos los alumnos de colegio. Además en esa época puedo destacar que mi salud emocional estaba más afectada de lo normal, pero poco a poco fue mejorando con  ayuda familiar y de buenas amistades.  Puedo decir, que fue una época difícil y se notaba más el cambio.  

Y por último, la etapa de la ESO en relación con el colegio se notó muchos cambios. Las aulas eran más grandes, estaban en la planta baja, por lo que tampoco se notaban tanto frio. Al principio de la ESO  las aulas estaban muy mal pintadas pero poco a poco se fueron cambiando y cuando me fui del colegio estaba toda la planta reformada.  Una de los cambios más relevantes  era que en educación física nos mandaban ducharnos, pero los aseos no estaban adecuados para esto. Hacía frio en ellos, las duchas no estaban muy limpias, no había suficiente espacio para todas y no teníamos suficiente tiempo para ducharnos todas. En cuanto a mi alimentación ya probaba más cosas y me gustaba más variedad de comida; además en el recreo siempre llevaba algo para comer y no hacía falta que me mandaran.  Sin embargo, me costaba mucho desayunar y no comer comida basura,  que lo único que causo en mi salud es que tuviera indicios de tener colesterol; un problema que fue aumentando poco a poco.

En definitiva, mi salud a los largo de mi infancia hasta mi adolescencia fue normal. No tuve problemas muy graves de salud. Los más destacados, fueron el uso de gafas, varicela y simples gripes y dolor de garganta.  Sin embargo podemos destacar, que no estudie en un colegio tan perfecto a la hora de la salud aunque poco a poco fue mejorando y cuando ya me fui del colegio con dieciséis años habían resuelto varios problemas de los antes mencionados.

                                                    PAULA CARBALLO RODRÍGUEZ